Los criminales han empezado a utilizar herramientas de inteligencia artificial (IA) como ChatGPT y Bard para mejorar y profesionalizar sus estafas online. La IA generadora de texto ChatGPT, desarrollada por OpenAI, ha demostrado ser un recurso valioso para la creación de contenido textual convincente.
Los ciberdelincuentes han encontrado utilidad en esta capacidad para perfeccionar los textos fraudulentos que utilizan en sus estafas, como los empleados en técnicas de phishing. Anteriormente, las estafas rudimentarias podrían ser detectadas por las incoherencias lingüísticas o errores gramaticales, pero con ChatGPT, estos textos fraudulentos pueden ser generados sin errores y en múltiples idiomas, lo que complica la identificación de estafas por parte de los usuarios.
La preocupación ha llegado a tal punto que organismos como Europol han alertado sobre la posibilidad de que los criminales utilicen ChatGPT para mejorar sus estafas online y ciberataques. Se menciona que los ciberdelincuentes rusos, en particular, han encontrado maneras de evadir las restricciones geográficas impuestas por OpenAI para acceder a ChatGPT. Estos criminales han creado tutoriales que explican cómo sortear estas restricciones y acceder a la API de ChatGPT, incluso cuando se encuentran en regiones donde el acceso está restringido.
Aunque la información sobre cómo Bard es utilizada en estafas es más limitada, se menciona que, al igual que ChatGPT, Bard también está siendo utilizado por los ciberdelincuentes para estafas online, ayudando en la creación de textos más creíbles que dificultan la identificación de intentos fraudulentos por parte de los usuarios.
Las herramientas de IA, aunque potencialmente beneficiosas, también pueden ser explotadas para fines malintencionados. La versatilidad y la capacidad de generar textos creíbles hacen de ChatGPT y Bard herramientas valiosas no solo para usuarios legítimos, sino también para aquellos que buscan aprovechar estas tecnologías para engañar a otros en la red. Por lo tanto, es crucial mantener una postura crítica y cautelosa ante la información encontrada en línea, y estar al tanto de las nuevas tácticas empleadas por los estafadores.