En los últimos años, Tesla ha dejado de ser considerada únicamente como una empresa fabricante de coches eléctricos para convertirse en una verdadera empresa tecnológica. Las inversiones realizadas por Elon Musk, CEO de Tesla, en inteligencia artificial (IA) y conducción autónoma han dado motivos a los inversores para pensar en esta dirección. Según el analista de Morgan Stanley, Adam Jonas, estas inversiones podrían impulsar a Tesla hasta un 46% en 2024. En este artículo, exploraremos estas proyecciones y analizaremos el futuro de Tesla como una empresa de tecnología diversificada.
El papel de la inteligencia artificial y la conducción autónoma
La conducción autónoma es considerada como uno de los proyectos más ambiciosos en el ámbito de la inteligencia artificial. La complejidad de lidiar con una gran cantidad de datos impredecibles y en tiempo real ha llevado a describir a los vehículos autónomos como la “madre de todos los proyectos de IA”. Para que esta tecnología funcione de manera efectiva, se requiere de una forma hipotética de IA conocida como inteligencia artificial general (AGI). La AGI permitiría que el software piense y aprenda al mismo nivel que un humano.
En este sentido, Tesla se encuentra en una posición ventajosa en la carrera por la conducción totalmente autónoma. La compañía está desarrollando una supercomputadora llamada Dojo, la cual se encargará de entrenar el aprendizaje automático y modelos de conducción autónoma. Dojo procesa grandes cantidades de datos de conducción generados por los vehículos Tesla en situaciones del mundo real. Pero quizás lo más importante es que Tesla está utilizando estos datos para desarrollar la visión por computadora, que podría ser un precursor de la AGI. Esta tecnología tiene aplicaciones en diversas industrias, como la robótica, la atención médica y la seguridad.
Las proyecciones y los obstáculos
Adam Jonas ha reiterado recientemente una calificación de compra “sobreponderada” para las acciones de Tesla, con un precio objetivo a 12 meses de 380 dólares. Esto representa una ganancia del 46% con respecto a su precio actual. Sin embargo, estas proyecciones están basadas en varias suposiciones, siendo la más importante el éxito de Tesla en la conducción totalmente autónoma en el corto plazo, lo cual no está garantizado. Además, se espera que otras empresas también compitan en el desarrollo de software de visión para computadora, lo que podría representar un obstáculo para Tesla.
A pesar de estos posibles obstáculos, Tesla cuenta con otros motores de crecimiento que podrían compensar cualquier resultado por debajo de las proyecciones. Aunque su negocio automotriz principal enfrenta presiones a corto plazo, desafíos como las altas tasas de interés parecen disminuir en los próximos años, lo que podría impulsar la demanda de autos nuevos. Además, la promesa de Tesla de reducir a la mitad los costes de los vehículos de próxima generación está empezando a dar frutos.
Según Elon Musk, Tesla está trabajando en el desarrollo de un automóvil de 25.000 dólares llamado Modelo 2, que podría llegar al mercado en 2025. Esta apuesta por vehículos más enormes podría ayudar a Tesla a alcanzar su objetivo a largo plazo de convertirse en un fabricante de automóviles para el mercado masivo, al tiempo que compensaría la reducción de los márgenes con un mayor volumen de producción.
Perspectivas para los inversores
A partir de 2024, Tesla puede que ya no sea una compra evidente como lo era a principios de 2023. Con un múltiplo precio-beneficio (P/E) futuro de 74, la compañía se convierte en una venta difícil para los inversores orientados al valor. Sin embargo, Tesla ha demostrado en repetidas ocasiones que puede desafiar las expectativas y justificar su precio superior.
El análisis optimista de Adam Jonas destaca el potencial de Tesla para convertirse en algo más que un simple fabricante de automóviles eléctricos. Si la compañía logra aunque sea una fracción de su elevada visión, los accionistas podrían verse recompensados con creces. En mi opinión, la acción de Tesla sigue siendo una compra o, al menos, una opción para mantener con optimismo hasta que haya más datos disponibles.
Análisis técnico de Tesla
Al analizar el desempeño de Tesla en el mercado, podemos observar que al cierre del año, las acciones de la compañía se situaron en 248,48 dólares. Los medios móviles de 70 y 200 períodos se mantienen por debajo de las últimas velas, lo cual indica una tendencia bajista. El RSI (Índice de Fuerza Relativa) se encuentra a la baja, ubicándose en los 51 puntos. Por su parte, las líneas del MACD se mantienen sobre el nivel de cero.
En cuanto a las perspectivas a mediano plazo, la resistencia se encuentra en los 268,94 dólares. Por otro lado, los indicadores de Ei (Estrategias de Inversión) muestran una señal mixta.